Parece una verdad de fe que fuera de las DOs hace mucho frío. Sin embargo, una cosa es aceptar el valor innegable que ha adquirido su pujanza y otra que ellas agoten las posibilidades del vino y de su mercado. Las DOs han reforzado, sin duda, el mensaje del vino pero no lo han agotado; hasta el punto de que hoy, a menudo, sólo desde fuera de ellas se pueden plantear ciertas aventuras, y sólo desde el exterior puede verse con claridad la precariedad de algunas de las convenciones que ellas mismas manejan.
Cada vez son más los vinos rebeldes que parecen desafiar las normas del mercado y crean sus propios caminos. Cada vez hay más “descalificados” que inventan su propia competición e inspiran a un público creciente.
Crear desde la libertad, desatar la pasión y la creatividad en la viña, en la bodega o en la copa es uno de los imperativos más bellos que pueden lanzarse a quienes, aun siendo pequeños, están dispuestos a romper barreras y a servir de inspiración.
¿Estarías dispuesto a dar el paso hacia un proyecto verdaderamente tuyo?
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