En un mercado saturado por millones de marcas, comunicar tu vino resulta tan esencial como laberíntico. Frente a una comunicación construida sobre la base de la de otros, la tuya ha de erigirse sobre la Ley de las 4 “V’s”: visión, ventaja, valor y verdad. Visión, para ser capaces de adoptar una perspectiva global, holística de la propia marca, que facilite su comunicación; ventaja, para optar por proponer lo distinto, lo disruptivo, lo innovador, lo que otros no hacen, porque así será como vaya adquiriendo carta de naturaleza la personalidad de la marca; valor, para que cada contacto con la marca sea un fin en sí mismo y le permita al cliente sentirla plenamente; y verdad, como base de todo el edificio, para que nada de lo que se comunique sea impostado o resulte equívoco.
La comunicación de tu vino ha de dirigirse además a despertar los sentidos, por eso, hacerlo supondrá una inmersión previa en el alma del proyecto para comprenderlo en su totalidad y evidenciar aquello que lo hace verdaderamente especial: su esencia, su propósito y sus valores más profundos.